Ser diabético no significa que tengas que perderte el placer de la repostería y los pasteles.
Puedes hacer que tu repostería sea un poco más saludable, ya que tú eres el responsable de lo que se incluye en la mezcla.
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¿Pueden los diabéticos comer pasteles?
Sí, puedes, pero debes pensar en el tamaño de las porciones y en la frecuencia con la que puedes hacerlo.
También puedes probar a comer tus postres con algo de fruta, como bayas, para que sean más saciantes y nutritivos.
Lo mejor de la repostería casera es que puedes adaptar las recetas a tu control de la diabetes.
5 consejos de repostería para diabéticos
1.- Endulza sin azúcar.
El azúcar blanco de mesa, el azúcar moreno, la miel, el jarabe de arce y la melaza aumentan el nivel de azúcar en sangre.
Es importante llevar una repostería sin azúcar.
Lo más saludable es endulzar de forma natural con frutas frescas, por ejemplo, con plátanos o puré de manzana sin azúcar.
Las peras, arándanos, moras o melocotones y nectarinas picados, también aportan sabor y dulzor natural.
La fruta deshidratada es otra buena opción, contiene fibra.
También puedes remojar las pasas, las sultanas y las grosellas en un poco de agua hirviendo para que queden más jugosas, y luego utilizar también el agua.
Los sustitutos del azúcar, como la estevia y el eritritol, también proporcionan el dulzor que deseas sin apenas afectar al azúcar en sangre.
No los confundas con los edulcorantes artificiales, como el aspartamo, la sucralosa o la sacarina, que es mejor evitar.
El sabor o la textura de las recetas pueden cambiar al cambiar los edulcorantes, por lo que es posible que tengas que hacer algunas modificaciones.
2.- Utiliza harinas alternativas.
Los carbohidratos de la harina blanca pueden disparar el azúcar en sangre. En su lugar, prueba las harinas integrales, de almendras o de coco.
Éstas contienen más fibra y menos carbohidratos que la harina blanca. Sin embargo, algunas harinas contienen mayores cantidades de grasa.
Es posible que tengas que añadir más líquido cuando utilices estas harinas y que el sabor o la textura sean ligeramente diferentes a lo que estás acostumbrado.
Empieza sustituyendo la mitad de la harina blanca en una receta, hasta que te acostumbres al cambio.
3.- Cambia la mantequilla por grasas más saludables.
Muchas recetas de repostería requieren mantequilla, que tiene un alto contenido en grasas saturadas.
Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades cardíacas, por lo que se recomienda limitar las grasas saturadas.
Intenta sustituir la mantequilla por aceites más saludables, como el de oliva o el de aguacate.
Otras opciones para deshacerse de la mantequilla en las recetas son utilizar puré de calabaza, yogurt griego o mantequillas de frutos secos.
Estas sustituciones pueden cambiar la textura de tu receta, por lo que es necesario un poco de ensayo y error.
4.- Añade verduras para obtener fibra y humedad.
Una forma de aumentar los nutrientes de tus productos horneados es añadir algunas verduras ralladas o picadas.
El calabacín, las zanahorias, la coliflor triturada y las espinacas son buenas opciones.
Aumentarás la fibra, que ayuda a prevenir los picos de azúcar en la sangre.
También añadirás valiosas vitaminas, minerales y antioxidantes. Además, las verduras añaden humedad, por lo que podrás reducir la grasa.
5.- Concéntrate en el sabor.
Es más fácil hacer que las recetas sean más aptas para las personas con diabetes cuando tienen un buen sabor.
Prueba a utilizar cacao en polvo sin azúcar, vainilla u otros extractos.
También puedes probar especias como la canela, la nuez moscada, el jengibre, la pimienta de Jamaica, el clavo o el cardamomo para dar un toque de dinamismo a tus productos horneados.
Si necesitas chocolate en tu receta, opta por el chocolate negro o utiliza trocitos de chocolate para poder utilizar menor cantidad sin que parezca que hay menos.
Al añadir sabor, es posible que ni siquiera eches de menos el azúcar.
Repostería, Pasteles y Diabetes: Conclusiones
Nadie, incluso los diabéticos, quieren renunciar a todos los dulces.
La buena noticia es que no tienes por qué hacerlo. Con unos pocos ajustes en tus recetas favoritas puedes seguir comiendo pastel.
Recuerda vigilar el tamaño de las porciones para no abusar de ellas. Prueba a utilizar moldes de tamaño “mini” para crear tamaños más pequeños.
La mayoría de los pasteles y panes pueden congelarse para consumirlos después. Esto te ayuda a ahorrar tiempo y espaciar las porciones.
Debes asegurarte de envolverlos en papel de aluminio y etiquetarlos antes de meterlos en bolsas de congelación.
Es mucho más saludable practicar la moderación, sobre todo si se trata de mantener bajo control el azúcar en sangre, como ocurre con la diabetes.
Si sabes que vas a probar productos de pastelería como postre, limita los carbohidratos a primera hora del día para compensar.
-https://www.diabetescarecommunity.ca/diet-and-fitness-articles/baking-tips-and-best-practices-for-people-with-diabetes/
-https://batonrougeclinic.com/5-diabetes-friendly-baking-tips/
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