Para muchos diabéticos hablar sobre temas de nutrición puede parecer confuso. Y es que muchas veces ocurre que el súper alimento de hoy puede ser la advertencia de salud de mañana.
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¿Por qué tanta confusión entre diabetes y nutrición?
Sucede con demasiada frecuencia que los diferentes estudios científicos pueden contradecirse unos a otros, por lo que el plan de alimentación recomendado por un experto en un día puede ser discutido por otro estudio el siguiente.
Si a esto le sumamos la gran cantidad de información que encontramos en internet en donde también muchas veces unos te dicen una cosa y otros otra, la verdad es que sí puede parecer desalentador saber qué comer para mantener una buena salud.
Es innegable, que el azúcar y los carbohidratos simples (rápidamente descompuestos por el cuerpo), pueden producir un aumento rápido de la glucosa en sangre, pero no son los causantes únicos de la diabetes.
La cantidad de carbohidratos que las personas con diabetes pueden consumir en un día depende de su requerimiento calórico, así como de su plan de tratamiento.
Podemos encontrar muchos conceptos erróneos sobre la nutrición en diabéticos, mira a continuación 3 de los más comunes.
Conceptos erróneos más comunes sobre la nutrición y diabetes
1. Todas las grasas saturadas deben ser evitadas
Tradicionalmente, comer grandes cantidades de grasas saturadas ha sido desalentado porque han sido vinculadas a niveles más altos de colesterol LDL (malo), lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades del corazón.
Sin embargo, algunas investigaciones indican que estas grasas, con moderación, pueden no ser tan perjudiciales para tu salud como se pensaba.
Una teoría nos explica, que no todas las grasas saturadas son iguales cuando se trata de aumentar los niveles de colesterol y triglicéridos.
Las grasas saturadas procedentes de fuentes animales, como las de la carne roja, se sabe que contribuyen para aumentar los niveles de colesterol. Sin embargo, las grasas saturadas a base de plantas pueden afectar al cuerpo de manera diferente.
Por ejemplo, el ácido esteárico, un ácido graso saturado que se encuentra en los alimentos como el cacao (las semillas que se utilizan en la fabricación de chocolate), no aumentan sustancialmente el colesterol, según nutricionistas expertos.
Pero el aceite de coco, a menudo promocionado por sus beneficios para la salud, es rico en grasas saturadas. Casi la mitad proviene de ácido láurico, que, en grandes cantidades, aumenta el colesterol.
En lugar de centrarse en un solo nutriente, los expertos sugieren seguir una dieta equilibrada y saludable para el corazón.
El número de frutas y verduras que comes (más es mejor) y la cantidad de sodio que recibes (menos es mejor para la mayoría de personas) también puede afectar el riesgo de padecer enfermedades.
Sin embargo, la mayoría de expertos nutricionistas están de acuerdo con las recomendaciones actuales, incluidas las de la Asociación Americana de la Diabetes:
“Las personas con diabetes deben concentrarse en limitar la grasa saturada, y consumir formas saludables reconocidas de grasa en aceites vegetales, nueces y pescado.”
El reemplazo de la grasa saturada con grasa insaturada reduce el colesterol LDL (malo), que es un importante factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades del corazón.
La mayoría de pautas dietéticas recomiendan limitar la grasa saturada al 10 por ciento de las calorías totales consumidas por día, o menos, para una salud óptima.
En conclusión:
No necesitas eliminar por completo todas las grasas saturadas, ya que pueden ser parte de un plan de alimentación equilibrada.
Sin embargo, debes adherirte a las cantidades recomendadas y el objetivo de incorporar la mayor parte de grasa a base de plantas, como el aceite de oliva y el aguacate, en lugar de grandes cantidades de grasas animales.
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2. Los sustitutos del azúcar son peligrosos
Muchas personas con diabetes usan edulcorantes artificiales, o sustitutos del azúcar, para condimentar sus alimentos y bebidas sin añadir carbohidratos, y evitar así el aumento de glucosa en la sangre que el azúcar produce.
Pero la seguridad de estos edulcorantes, y su potencial relación con el cáncer, es a menudo debatida.
Algunos expertos dicen que no hay de qué preocuparse, ya que estos sustitutos han sido estudiados y aceptados, estableciéndose límites diarios aceptables para cada edulcorante.
Por lo que recomiendan consumirlos como ingredientes seguros en nuestro suministro de alimentos.
Sin embargo, hay informes de noticias que han planteado otras preocupaciones acerca de los edulcorantes o sustitutos del azúcar, basados en estudios científicos.
Estos estudios han determinado que pueden causar aumento de peso, aumentar el deseo de dulce y afectar las hormonas intestinales, que afectan el hambre y la sensación de plenitud.
En conclusión:
Entre tantas teorías e informes, lo único que se puede concluir es que los sustitutos del azúcar son hasta cierto punto seguros de usar, aunque ciertos edulcorantes pueden conducir a malestares estomacales o diarrea.
Una buena alternativa, es considerar el uso de edulcorantes naturales como la compota de manzana, y utilizarla como alternativa al hornear. Tambien puedes probar especias como la canela para obtener un sabor extra.
Lo más recomendable es disminuir el consumo de azúcar añadida a tu dieta, en lugar de buscar sustitutos.
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3. Beber café aumenta los niveles de glucosa en la sangre
Los amantes del café en todo el mundo se han sentido encantados de saber que beber café con moderación puede ofrecer beneficios para la salud, como la concentración mejorada y un ligero impulso al metabolismo.
También se ha informado que el consumo de café podría reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Pero hay preocupación de que, para algunas personas, el café puede aumentar los niveles de glucosa en la sangre.
Aquí hay algunas buenas noticias de estudios recientes: El consumo de cafeína puede reducir la sensibilidad a la insulina en personas que no consumen cafeína, posiblemente debido a la mayor secreción de hormonas de estrés.
Sin embargo, la ingesta regular y moderada de café conduce a una tolerancia a la cafeína y no parece tener un impacto perjudicial para la salud.
Esto significa que si eres de las personas que goza del café rutinariamente, esto no es necesariamente la causa de la glucosa alta en sangre. Lo que si debes de considerar es lo que pones en tu café.
La adición de grandes cantidades de crema y azúcar al café pueden conducir al aumento de peso excesivo.
Prueba a cambiar la crema por leche baja en grasa, descremada, o una leche baja en calorías a base de plantas y agrega sabor con una pizca de canela en lugar de utilizar azúcar.
En conclusión:
La cafeína en el café puede hacerte menos sensible a la insulina si eres un bebedor de café ocasional. Los bebedores regulares de café están acostumbrados a la cafeína, por lo que, lo más probable es que su sensibilidad a la insulina no se vea afectada.
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Como puedes notar, no todo lo que se escucha sobre los alimentos y la diabetes es verdad, hay muchos conceptos erróneos. En cuestiones de nutrición, lo más recomendable es contar con la ayuda de un nutricionista o dietista registrado.
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